viernes, 26 de junio de 2009

EL TAXISTA


Tomás estaba apunto de arrancar,hacia un momento que habia dejado un cliente. Su viejo vehiculo, era el taxis que llevaba conduciendo desde el atardecer, toda la noche por la ciudad. Y como todas las noches habia sido larga y poco fructifera. Pocos clientes y carreras de poco kilometraje, como era de costumbre, en las últimas semanas.

El cajon de las monedas para variar casi ni se habia inmutado. Así que decidio para relajarse, tomar un café, hablar y olvidarse un poco de lo acontecido hasta ese momento. Paro en un local donde otros compañeros, con más o menos fortuna, se reunían con la misma finalidad. Tomar un café y charlar de lo ocurrido durante la vigilia. Se acerco a la barra y cuando se dispuso a pedirlo, el camarero de turno, inesperadamente le sirvio ese café que tanto deseaba, como él siempre pedia. La verdad és que era un cliente habitual y ese hecho le daba una cierta ventaja. No necesitaba mucho más, casí siempre le servían sin preguntar.

Saboreo ese amargo largo café con otros taxistas, dando suaves sorbos, mientras comenzaban a comentar distendidamente las pocas noticias que se habian producido. Una de ellas, la que más le llamo la atención, fue un virulento accidente que se habia producido la tarde anterior y que todo el mundo quedo perplejo por su dramatismo.

Los murmullos y el humo que iban llenando el local, poco a poco, hacian que el ambiente cada vez fuera más enrarecido. Así que aprovecho la entrada de otros clientes para dar un largo trago al ya casí frio café, pagar y despedirse de los compañeros. Ya era hora de volver al trabajo.

Le quedaba poco para finalizar la jornada, asi que decidio aprovechar el tiempo que le quedaba, para ver si todavia podía recoger algún cliente antes de irse a dormir.

Puso la llave en el claxon y de repente sonó como alguien golpeaba su ventanilla. Un joven con la cara pálida y grande ojeras que pedia con cierta insitencia que bajara el cristal. El susto que le produjo, de repente, no le dejo reaccionar con la suficiente soltura y rapidez. Así que con cierto reparo decidio bajar lentamente el cristal. Mientras que con cierta precaución se lo miro y le pregunto:

-¿Que desea?-

-¿Que me podía llevar al tanatorio?-

Pregunto el funebre personaje.

-Si señor, suba al taxi y nos pondremos en marcha.-

Era casí la hora de acabar la jornada y sus deseos se habían hecho realdad. "Por fín un cliente, ojala sea un buen pasaje", penso

El joven subio al vehiculo y entonces Tomás arranco incorporandose lentamente a la circulación. Mientras miraba por los espejos, por si circulaba algún coche por la via. Se dio cuenta que su cliente vestia de una forma un tanto extaña. Un traje negro con una corbata del mismo color haciendo conjunto. Pero en realidad, lo peor no era su forma, un tanto, funebre de vestir. Sino ese olor tan penetrante que desprendia. Un olor que impregnaba todo el vehiculo y que lo hacia irresistible. Tomás decidio disimuladamente bajar la ventanilla del acompañante por que llegaba a dar la sensación, entr comillas, que llevaba un muerto.

Entre tanto, para olvidarse un poco de ello, le volvio a preguntar por su destino y él con toda educación volvio a repetirselo.

-Si, por favor lleveme lo más rápido que pueda al tanatorio. ¡Sabe!!! Me estan esperando y no queria llegar tarde.-

"Le estan esperando". Si de allí no se mueve nadie. Penso Tomás.

-¿No se encuentra bien? Esta un poco palido ¡Señor!-

-No se preocupe. Si que me encuentro bien, muy bien, la noche a sido un poco larga y ayer tuve un dia dificìl ¡Sabe!. Fui protagonista de un accidente y la verdad, fue una tarde compleja.-

-¡Ooohh!!! Púes la verdad, no le veo tan mal para haber sufrido un accidente.-

-¡Hombre! La verdad es que en el tanatorio han hecho un buen trabajo. Los peluqueros se han comportado y los funcionarios me han permitido un último deseo, salir esta noche para cumplirlo antes de embarcarme en el último viaje.-

El taaxista freno el coche de golpe. Al oir los últimas palabras se recordo de los dramaticos comentarios que se habian realizado en el bar.

-¡¡Oiga!!! No me dira que és usted el difunto del accidente de ayer tarde.-

-¡¡Hombre!!! Quien pensaba que era con este traje y esta olor. Por favor, no frene aquí. Avance un poco más... Ya veo llegar algunos familiares y no desearía darles un disgusto. Por favor avance a la parte de atrás.-

El taxista incredúlo volvio a poner en movimiento el vehiculo siguiendo las instrucciones y lo estaciono dónde le habian indicado.

-¡¡Bueno!!!! Gracias a Dios hemos llegado a tiempo.¡¡¡¡Gracias!!!¿Cuanto le debo?.-

-Nada, nada....no se preocupe.-

Le contesto incredulo de lo que estaba viendo.

-Venga, púes gracias de todas formas y le dejo que todavia llegare tarde a mí ceremonia.-

El extraño pasajero salio corriendo del coche hacia el edificio funerario. Donde un funcionario con cara de pocos amigos, le hacia un ademan señalandole la hora. Tomás todavia perplejo ante la situación decidio que lo mejor era olvidar todo lo que habia pasado. Por que en realidad no tenia explicación y tampoco sabria como explicar todo lo que aquella mañana le habia ocurrido.

¿Seria el café?¿seria un sueño?¿que seria....? Daba igual......se puso en marcha hacia su casa y pensativo comenzo a avandonar aquel lugar......en su taxi, en el interior de su taxi su mente repetia una y otra vez:

"POR FIN, A LLEGADO LA HORA DE DESCANSAR.... QUE LOCURA"

domingo, 21 de junio de 2009

LA LUNA


Leandro era un niño con mucha imaginación que en las noches de verano le encantaba mirar por la ventana. Desde su habitación todas las noches, poco antes de irse a dormir, miraba las estrellas y la luna. Astros que junto a su madre siempre abrazados, los observaban con entusiasmo, sin dejar escapar ningún detalle, mientras una suave brisa les acariciaba el rostro.

-Mami, tú crees que si alargase la mano, ¿conseguiria coger la Luna?.-

Comento Leandro, rompiendo el silencio de la noche.

-La verdad Leandro, creo que la Luna esta muy lejos para que simplemente un jovencito como tú, la alcance con su manos.-

Le contesto, mientras la abrazaba.

-¿Y si subiera a una escalera?¿Tú crees que llegaria?-

-Creo que estaria más cerca, pero todavia seria insuficiente.-

Leandro siguio mirando durante unos instantes, las luces que aquella noche, con fuerza reflejaban las estrellas en el cielo. Hasta que el sueño comenzo a vencerlo y decidio irse a dormir.

-¡Hasta mañana, mami!-

-¡Hasta mañana!, cariño que tengas dulces sueños.-

A la noche siguiente su madre y Leandro volvieron a sentarse a mirar el estrellado cielo. Y en la cabeza del joven todavia rondaba la idea de la noche anterior. Durante unos instantes, el silencio volvio a reinar en la soledad, que en algunos momentos, les envolvia a madre e hijo.

-¡Mami!¿Tú crees que podria alcanzar la Luna si me lo propusiera?

Volvio a romper el silencio como en la noche anterior.

-Hijo me hiciste la misma pregunta ayer. Creo que es muy dificil que alcances la Luna. Aunque te subas en la escalera más grande del mundo, aún eres muy pequeño para esas cosas. A lo mejor ¿Cuando seas mayor? Dios dira.....-

Le respondio la madre. Entonces Leandro la miro durante un instante, se abrazo y asi estuvieron unos minutos. Juntos, bien abrazados hasta que el sueño le vencio de nuevo y decidio ir a dormir.

-¡Buenas noches,mami!-

-¡Buenas noche, hijo! Que tengas dulces sueños.-

A la noche siguente la madre de Leandro estaba recogiendo la mesa del comedor. Cuando se dio cuenta que la luz de la cocina se habia fundido.

-Leandro, acercame la escalera a la cocina.-

no le respondio. Miro por el pasillo del piso y vio que desde su habitación salia un resplandor muy fuerte. Se acerco silenciosamente para averiguar porque no le habia respondido. Miro entre la puerta y lo vio dormido en la cama.....se extraño......vio la escalera apoyada en la ventana.....y cuando la abrio del todo.....se encontro con el astro soñado..... que iluminaba la habitación

sábado, 13 de junio de 2009

EL BALCON

Era media tarde y a pesar que el sol habia caido, el ambiente y la temperatura, todavia era bastante caluroso. Las dos vestidas con ropa fresca y ligera esperaban la llegada del novio de Maria.
Vicenta y Maria se encontraban en el balcon obsevabando atentamente el transito del vecindario. Madre e hija, eran dos mujeres con una curiosidad extrema que en todo momento podian cotillear, sin escrupulos, sobre la vida de alguno de los multiples personajes que ocupaban el vecindario. Ante sus ojos no se les escapaba ningùn detalle, eran minuciosas y siempre estaban atentas a cualquier cambio.


-¡Mira mama, por allí asoma Marco!-

¡És verdad! No me habia dado cuenta.-

Las dos le saludaron desde el balcon, mientras, Marco les devolvia el saludo con una sonrisa.

-És tan guapo. ¿No mama?-

-Si hija tan guapo.-

-És tan cariñoso. ¿No mama? -

-Si hija tan cariñoso.-

-Y tan detallista, mira nos trae dos ramitos de flores.-

-Si hija, tan detallista.-

Madre e hijas miraban la llegada de Marco, sin que ninguna de las dos, pronunciara palabra.

-¿Sabes mama, me pudes guardar un secreto?-

-Claro hija, faltaria menos.-

-Marco, és el único hombre que me ha hecho sentirme una mujer, en todos los aspectos de la vida. És tan sensible, tan dulce que incluso cuando hacemos el amor és especial.-

-Hija.........-

Sono el interfono de la porteria y Maria se giro corriendo para abrir la puerta. Vicenta se quedo en el balcon mirandola con cariño. Su sinceridad le habia sorprendido y aunque no le podia escuchar.De sus labios salio un comentario:

-Hija, tienes toda la razón Marco és increible.........-

Salio del balcon y fue tambièn ella ha recibirlo, en definitiva, simplemente era el novio de su hija.

lunes, 8 de junio de 2009

LA LECTURA


Ana cerro la última pagina del libro. Con nostàlgia habia finalizado una historia, una historia que durante semanas habia formado parte de su vida. Pagina a pagina, las habia cosumido con voracidad, sin darse cuenta del tiempo que habia transcurido en su lectura.

Los personajes que con tanto realismo se describian, entre capitulo y capitulo, se dejaban ver en algunos momentos entre los rincones de la casa. Desprendiendo aromas que sólo la propia lectora y nadie más sabia descifrar.

Era una pena pero, el final llego por anticipado, dejando un dulce sabor de boca. Que tanto, Ana como los personajes que junto a ella se encontraban, lo habian disfrutado minuto a minuto.

El vinculo que se habia creado entre ellos, no lo podrian olvidar con tanta facilidad. Por eso, momentos antes de dejarlo en la estanteria, se lo acerco al pecho. Y los latidos de su corazon atravesaron las paginas hasta llegar a sentirse en su interior, entremezclandose sensaciones y sentimientos.

Estiro el brazo y con suavidad lo guardo en su hueco. Entrando no en el olvido, al reves, en su memoria se encontraba la historia vivida de un gran libro. Entonces miro a ambos lados y los vio a ellos, a esos personajes que aún sentia con gran viveza. Le sonrieron y comenzaron a despedirse de ella, ¡Hasta otro dia! Le dijeron.....mientras, con una sonrisa en su boca.....alcanzo otro libro. Abrio la primera pagina..... y comenzo a entrar en otro mundo....en un mundo de fantasia....donde la realidad y la ficción se entre mezclan......entre los personajes y el lector