
El mar estaba tranquilo aquella mañana, las olas eran suaves, y la inquieta sirenita se balanceaba en su interior. Los pequeños baibenes de agua le acariciaban el cuerpo humedecido haciendo que la espera, fuese más amena. Mientras, desde la orilla, la playa se veia llena de actividad. Y en su interior se preguntaba como habìa llegado allí. Miles de veces le habìan prohibido acercarse al mundo exterior, pero su curiosidad habìa sido más fuerte. Y por ello se encontraba en aquel lugar, esperando a su amado y esperando no ser descubierta.
De repente, entre la múltitud lo supo reconocer, era él. El muchacho miro hacia el horizonte y la busco con la mirada y ella comenzo a mover los brazos con energia, sin poder gritar para no ser descubierta. En un instante él se coloco las atletas y le hizo un ademan con la mano. Se lanzo al agua y fue a su encuentro.
Una vez juntos, se cogieron de la mano y se sumergieron hasta las profundidades. Donde no tardaron mucho tiempo hasta llegar a su refugio, una cueva en el fondo del mar. Salieron a su superficie y se escondieron en ella durante horas. Fundiendose en un beso, fundiendo su amor con el mar que les rodeaba.
Las horas pasaban y tenían que regresar, cada uno a su mundo, donde les esperaban. Tristes los dos decidieron despedirse sin antes, dejar de prometerse amor El muchacho le ayudo a incorporarse y juntos volvieron a zambullirse en el interior del mar.
-¡¡¡¡¡¡Cuidado!!!!!-
Aviso con una mano, señalando el joven muchacho mientras con la otra tiraba del brazo de la sirenita. En la salida de la cueva se encontraba un grupo de jovenes tiburones que les bloqueaba la salida. Tenian que ir con mucho sigilo y nadar con mucho cuidado para no ser descubiertos. Entonces sin dejar de mirarlos empezaron a rodear los corales, escondiendose entre ellos mientras iniciaban la huida hacia la orilla. Pero la alerta enseguida se creo entre los escualos y comenzo la inevitable persecución. La sirenita que era más veloz lo cogio con fuerza y asi los dos a toda velocidad acelerando el paso.
-Venga vamos no nos entretengamos,¡¡¡¡Vamos!!!!!-
Al llegar a la orilla la poca profundidad del mar le hizo imposible el avance, quedando encayada en la arena. Entonces el muchacho la cogio en brazos y la saco del agua haciendo visible esa extremidad tan peculiar. Miraron hacia el mar y vieron que sus peligrosos persegidores volvian hacia el interior....se volvieron a mirar y con una sonrisa en sus labios se dieron un beso apasionado.... la inmensidad de la playa les aplaudia con curiosidad.....él la dejo en el suelo y entonces se dieron cuenta.....que no tenia que apoyarla en la arena......ella se podia mantener sola de pie..... ahora tenia dos bellas piernas.....y se habia convertido en una bella mujer......