
Era se que se era un Rey, el Rey de un país, de un pais muy lejano, tan lejano que no me recuerdo muy bien de dònde era, tal vez fuera un paìs imaginario.
El hombre no paraba de fimar despachos y de tener audiencias, tenia dispensadas delegaciones, consulados y embajadas en todo el mundo. Era un Rey muy trabajador que todo lo que hacia, lo hacia en bien de su pueblo y de su país, pasando todo el tiempo y el que hiciera falta, por el bien de su gente, dentro de su despacho. El trabajo era tan intenso que no le daba tiempo para su vida privada, para tener un momento de relax, un momento de descanso, sino la faena se le acumulaba. Hasta que un dia, comenzo a sentirse sin ganas, se levanto de buena mañana como todos los dias y empezo a leer los despachos, paso una, dos, tres paginas y los dejos sobre la mesa. Su consejero lo miro y se dio cuenta que algo, le ocurria.
-¡Majestad! ¿ que le pasa?-
-Me siento sin vida, sin ganas de seguir trabajando, sin ganas de seguir siendo Rey-
-Mi majestad, no me diga esto, el paìs le necesita, el pais le quiere, no puede dejarnos, seria un desastre, Majestad, por favor Majestad.-
Imploraba el consejero.
-Necesito hacer algo diferente, algo por lo que durante unas horas, me de cuenta que soy yo mismo, tantas horas aqui encerrado me esta comiendo en vida, sentirme vivo, ser una persona, necesito algo diferente. ¿Como lo harias tù consejero Real, dame una soluciòn ante tanta desidia?.-
El consejero Real se quedo pensativo y al instante se le ocurrio una idea.
-Mire majestad, hace unos años, en otro pais, hubo un Rey que le paso algo muy parecido, cayo en una pequeña depresiòn y su soluciòn fue que durante un dia, sin escolta, para no crear alarma social, salio de su palacio en un vehiculo camuflado y fue a ver como vivia su pueblo.-
-Tienes buenas ideas consejero, preparare mi moto personal, que ni si quiera la escolta oficial conoce y con un casco puesto, seguro que no me reconocen y de esta forma podre dar vueltas por la ciudad sin que nadie se de cuenta.-
Pasaron unos minutos hasta que el Rey se vistio y se preparo para el viaje, dispuesto para la aventura, se despidio de su consejero y marcho con la moto. Cuando llevaba aproximadamente unos 20 minutos llego al centro de la ciudad, corria gente por todas las calles y avenidas, de un lugar a otro, de repente tuvo que parar en semaforo que se habia puesto en rojo.
-Hola! Señor desea que le limpie el casco y su flamante moto.-
-No gracias, la acabo de sacar del garaje y esta limpia.-
le contesto
- Limpia señor, si esta sucisima y su casco esta empañado.--No, no de verdad.-
Al sentir la negativa de Rey el pedigueño le lanzo agua sucia que tenia en un cubo contiguo, dejando la moto y su persona con un olor desagradable.
-Para que la limpie señor.- le volvio a contestar
En aquel momento, el semaforo se puso verde y el Rey pudo arrancar la moto y de esta forma se alejo del semaforo y lo pudieron dejar en paz. Siguio circulando con cuidado, obsevando la hermosa capital de reino, la gente parecia feliz, paseaban y daba la impresiòn que estaban contentos de su vida y de su ciudad. Cuando empezo detràs suyo a oir una sirena, miro por el retrovisor de la moto y vio que tenia a la policia pegada a su lado.
-El señor conductor de la moto haga el favor de parar un momento, es importante, pare cuando pueda.-
Penso que le habìan descubierto, paro la moto, en la cuneta y espero con impaciencia lo que le comentaba la policia.
-Buenas señor, documentaciòn por favor.-
No podia darle la documentaciòn sino, descubririan que ès el Rey, tenia que inventar alguna excusa.
-La verdad señor agente esn estos momentos no la llevo, si quiere la llevare en otro momento a la comisaria.-
-No lleva la documentaciòn, hace una olor como si hubiera estado en una pocilga durante una semana. Lo siento, le tengo que multar.
El policia le puso la multa , que junto con la documentaciòn, tenia 5 dias para entregarla en cualquier comisaria, se despidieron, pero al menos no le habian descubierto, con lo que a pesar del contratiempo aùn podia seguir con el viaje.
El susto de la multa le puso un poco nervioso, asì que para relajarse un poco, decidio parar en un bar, paro la moto al lado de una terraza , se saco el casco de la cabeza y decidio entrar. Cuando entro en el bar la gente lo reconocio de inmediato. No se lo podian creer, el Rey en el cafè, èl enseguida les pidio discrepciòn no queria que lo descubrieran y con toda naturalidad se sento al lado de la bara. Se sentia bien a gusto, muy relajado como si fuera un ciudadano màs, el dueño del bar le pregunto que deseaba y èl le respondio un cafè...
-¿Con algo màs?-
-Si, un cafè con un choro de Soberano*.-
Soberano: ès un brandy español