jueves, 23 de junio de 2011

LA MALETA



Andrew y su esposa llevaban horas paseando por el aeropuerto con sus maletas. El núnca se despegaba de ellas, eran sus inolvidables compañeras de viaje y sin ellas infindad de veces se encontraria sólo entre la multitud que les rodeaba.

De su maleta, ni el mismo sabia lo podia encontrar en su interior. Siempre y se podria decir como norma general ,que se encargaba su mujer de prepararla. El confiaba en su buen criterio y le dejaba a su elección la ropa que debia llevar en cada viaje.

De Sophie, su esposa, por primera vez no le acompañaria. Aprovecharia el fin de semana para ir a visitar a la familia. Hacia mucho tiempo que no sabia nada de ellos y queria tomarse unos dias para visitarlos. Como siempre se encontraba un poco preocupada por la salud de su padre, y despúes de la conversación que había tenido con su madre dias atrás. No queria dejar pasar más dias para hacerles una visita de cortesia.

Tomaban un cafe cuando por megafonia anunciaron su vuelo:

-Atención!!!! Vuelo con dirección a Londres embarquen por la puerta 7.-

Andrew le dio un último sorbo a su café mientras, volvia a sonar por el altavoz el anucio de su vuelo. Cogio su maleta y con ella entre las manos le dio un abrazo a su esposa. Se dieron un beso de despedida y se fue, poco a poco, directo a la puerta embarque, girandose en varias ocasiones, sin poderse creer que el viaje lo haria sólo con su pequeña maleta, simplemente con la maleta.

El vuelo fue perfecto y su llegada al hotel puntual. Miro, sin prisas, el reloj y se dio cuenta que tenia el tiempo justo para ducharse, cambiarse de ropa y dirigirse a la entrevista. No se lo penso y coloco la maleta sobre la cama de la habitación y entonces la abrio:

-¡¡¡Ostras!!!No puede ser!!!!-

Exclamo con sorpresa mientras ,se rascaba la cabeza. Preguntandose ante una mirada atonita...

Como le explicaria al presidente de la compañia......Que el traje que llevaba.....era el de su mujer






2 comentarios:

Alma Mateos Taborda dijo...

Muy buen historia, genialmente contada y bello blog. Un abrazo

Verdial dijo...

Buenísimo el relato. que aputo pararía el hombre.

Saludos