domingo, 28 de diciembre de 2008

El paje real


Elena y Maria se habian levantado comos todos los dias muy temprano.Era domingo, un día festivo, pero un sueño les habia perturbado toda la noche. Levantaron las persianas de su cuarto para que entrara la claridad del día y vieron que estaba nublado, llovia copiosamente, bien en realidad habia estado lloviendo copiosamente toda la noche, ellas lo habian oido.Su cara la pegaron un momento al cristal, mirando como las gotas caian. Sus pequeñas caras pegadas al cristal perfilaron una huella, la marca del baho de su aliento reflejada en cristal.

Salieron corriendo a ponerse la bata, sin perder el tiempo, no querian pasar frio y una ropa que les diera más abrigo no dejaria que sus menudos cuerpos se enfriaran.

Corrieron al comedor y no vieron nada, todo estaba como lo habian dejado la noche anterior. Buscaron en todas la habitaciones, debajo de los sfas, dentro de los armarios y no encontraron nada.Todo era como lo habian dejado la noche anterior. El arbol de Navidad se seguia encendiendo y apagando al miso ritmo de siempre. El arroz estaba dentro de las zapatillas y las copas de coñac seguian intactas. Nadie se habia recordado de ellas. Ese fue su primer pensamiento.

Mientras madre y padre que les habian escuchado cuando se levantaban. Se dieron cuenta de la tristeza

Ellos no habian llegado. Que habia pasado? Se preguntaban.....El mal tiempo, se habian perdido ó simplemente no se habian portado bien y les habian castigado.

Madre las miro y les entrego una nota mientras les acariciaba con dulzura. Ellas la recogieron y la comenzaron a leer:

- Hola Elena y Maria soy el paje real. Siento que en etos momentos no encontreis vuestros regalos que tan ordenadamente habeis puesto en vuestra carta. Pero las adversas condiciones climatológicas no nos han dejado llegar a muchos lugares de la zona. Espero qque sepais perdonar a mí y sus Majestades. Mañana si no hay ninguna inclemencia más, esperamos acometer el trabajo que con tan agrado realizamos. Un abrazo. Vuestro muy servidor paje y sus Excm Reyes.-

Las niñas se quedaron atonitas con la carta, se miraron una y otra, y respondieron al unisono:

- Pues claro que perdonamos al paje y los reyes- -mañana tendremos los regalos-

mientras madre y padre respondieron:

-Gracias , hijas-

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