domingo, 3 de mayo de 2009

UN PÉTALO DE AMOR


Manel y Merche habian salido a pasear, hacia un precioso dia, un dia encantador, uno de aquellos dias azules de verano en que la luz del Sol brillaba irresistible. Con una cesta en sus manos, en la que llevaban unos bocadillos y refrescos, los dos se dirigian a un gran parque que tenian cerca de casa. Era un bello paraje que habian descubierto, por casualidad, en uno de sus innumerables excursiones y travesias que habian realizado por la ciudad. Un lugar verde y silencioso donde poder pasear tranquilamente.

Dieron una vuelta atravesando un gran puente que cubria el recorrido de un inmenso lago. Fuente de recursos y vida que daba una gran actividad con sus barcas y sus cisnes navegando por su interior.

-¿Que te parece esta vitsta?- Desde aqui veremos todo el lago.-

-Perfecta estan bella.- Comento Merche

Se sentaron y desde el túpido suelo comenzaron a desplegar el mantel y colocar las cosas que habian traido para almorzar.

El dia era caluroso y entonces se dieron cuenta que delante de ellos habia un kiosko que vendian helados.

-¿Quieres uno para despúes?.-

Le propuso Manel

-¡De acuerdo! Es una idea estupenda.¡Que rico!!!!-

Exclamo Merche

- Púes voy a comprar dos helados.¡¡¡¡ AHORA MISMO!!!!-

Manel le dio un beso y se dirigio hacia la tienda. Mientras Merche miraba a su alrededor y se dio cuenta que estaba rodeada de margaritas, era su flor favorita. Arranco una y mientras su novio caminaba hacia el kiosko, decidio probar un exprimento, que recordo de su niñez. Puso delante de sus ojos la flor y entonces con sus dedos retiro un pétalo.

-Me quiere.- se dijo asi misma mentalmente

- no me quiere.-

Asi sucesivamente, una a una, entre sis y nos en cada una de ellas.

Manel llego a la tienda y Merche entre la flor obsevaba como cliente y dependienta se comportaban, dandose cuenta en su observación, que entre ellos parecia haber algo más que una relación mercantil

-Me quiere.-

Se volvia repetir a si misma ,mientras, otro pétalo caia entre sus piernas.

Manel pago y recogio la compra, se despidio de la vendedora con un saludo a fable y miro entre la bolsa la compra que habia hecho. De repente, la dependienta le volvio a llamar, salio a su encuentro y él se giro. Ella disimuladamente, frente a él, le introdujo un papel, Manel se volvio a despedir y comenzo a caminar acercandose con una sonrisa.

Entonces se dio cuenta que tenia el último pétalo entre sus dedos, la decisión parecia clara.....

-no me quiere.-

Mientras él se acercaba la flor habia dictado sentencia....posiblemente no habia marcha atrás....posiblemente la flor tenia la razón.....

22 comentarios:

Inés dijo...

Jorge, pero que bien escribes!!
me ha encantado el relato.
Los celos dicen es una enfermedad y una falta de seguridad...y si se le había olvidado el ticket de compra...:P
a veces no nos damos cuenta que un intante de felicidad puede ser recordado toda la vida y viceversa.

porque los días preciosos y azules no los estrope nada!
Muchos besos,
you make me think!
Inés

extractos... dijo...

Mira de desconfiar tanto!!! eso no puede ser bueno...aunque hay una de esas frases que se dice de siempre...!piensa mal y....acertarás!!
no sé, quizás debería preguntar a su novio y no a la margarita.

Un abrazo y gracias por tu comentario y tu visita

Belkis dijo...

yo también he jugado a ese juego cuando era adolescente, pero en verdad con ello demostramos desconfianza en nosotros mismos y en la pareja. Los celos son una enfermedad producto de baja autoestima. Pero bueno, a lo que vamos, el relato es muy bueno, nos dejas con la miel en la boca. Un fuerte abrazo Jorge.

MiLaGroS dijo...

Muy bonito el relato Jorge. A veces
la contestación a tus preguntas está en tu mano. Un abrazo . Yo opino lo mismo. Escribes muy bien.
milagros

Anabel Botella dijo...

Una mirada habla más que unos pétalos, una caricia vale más que la indecisión. Un relato muy bonito.
Feliz día de la madre y que lo disfrutes con los tuyos.
Saludos desde La ventana de los sueños.

Cecy dijo...

Hay cosas que no evitará los petalos de una flor, solo nuestra confianza y ademas no buscar cosas donde no existen, porque evidentemente asi las estamos invitando a pasar.

Muy buen relato.

Besos.

Isabel Estercita Lew dijo...

Hola Jorge, pero pobre de Manel, cuando fue a comprar helados tenía una noviecita, y cuando volvió se la quitó una margarita.
Siempre muy buenos tus cuentos

Besos

Diana dijo...

Seguridad, ¡necesitamos seguridad!
Me gustó lo que escribiste.

Seguiré por aquí, un beso.

anna dijo...

Me gusto tu relato, siempre con unos finales que me sorprenden !!!

Un saludo amigo

Anónimo dijo...

Me encantó el texto y la particular forma de decidir el destino en los pétalos de la flor.

Besitos

Maria Susana dijo...

En la segunda parte ¿le pone el helado de sombrero o lo perdona?ya me quede con terrible duda.
me encantó por lo breve y claro del relato casi lo que dura en deshojarse una margarita. un beso

Natalia Astuácas dijo...

Ohhhhhhhhhhhh que duroooo... uy uy uy... que triste... que feo...

La margarita le dio la sapiencia que necesitaba antes que aquel helado fuera la moneda que compraría su amor, su ternura, su cariño a cambio de... de engaño... que duro.

Un abrazo amigo, me gustó mucho tu post, cuidate, un beso.

roxana dijo...

Las sentencias son antes, cuando llega la flor esta todo dicho! por lo menos para mi! me gustó mucho tu relato fresco y belo! buena semana
Roxana un gusto estar aca!

Marga Fuentes dijo...

Me encantó, quizá porque no esperaba ese final. Fue una sorpresa.
Enhorabuena. Escribes estupendamente.
Un abrazo,

Any dijo...

Ohhhh que pena! No hay que deshojar margaritas, pero si hay que estar atentos a las vendedoras de helados =D jajajaja! Naaaa, es una broma!
Hermoso cuento como siempre, que imaginativo sos amigo!
un abrazo

Ruth L. Acosta dijo...

Hola Jorge...

Cada vez me sorprendes más con tus relatos... de donde se te viene esa imaginación? es increíble...

Me encantó... Es increíble como puedes hacer de un momento insignificante, algo realmente grande...

Gracias por compartirla, un saludo y un beso desde México.

Adelina dijo...

Quizá tuviera razón...Será que las margaritas no engañan.

Me ha gustado mucho, Jorge.

Un beso.

BEATRIZ dijo...

Jorge,

Qué terrible sentencia para una pobre flor...

Definitivamente lo mejor es hablar.

Saludos

José Manuel Beltrán dijo...

¡Hola Jorge! Me gustó tu relato. Y para quitarle un poco de esa acidez final no os parece que quién ganó fué el campo, esa maravillosa pradera junto al lago. Por una razón muy simple, se ganó a Merche. Se ganó una nueva flor. Se ganó una nueva margarita que, a buen seguro, quién la cogiese no tendría que deshojarla.

Un saludo, ciudadano.
http://ventanademarbella.blogspot.com
http://paradaconfonda.blogspot.com

Sara dijo...

Pues claro que si!!!!
Que flor más lista!!!!para que perder el tiempo, para que obcecarse en amores no correspondidos, con los que hay por el mundo...para dar amor a manos llenas.
Que mala costumbre ese doble juego a que????
Me encanta tu forma de escribir, de contar cosas tan bonitas....
Un abrazote

Taller Literario Kapasulino dijo...

Que triste... parecia una pareja tan enamorada...
Como siempre relatas muy bien tus textos, y siempre cambias todo al final y uno se sorprende.
Saludos!

Carmen dijo...

Precioso, realmente precioso. Me encanta como escribes, amigo.

Como ya se ha dicho los celos son una grave enfermedad que no te deja ser feliz, nunca debió coger esa flor.

Un besito