viernes, 27 de febrero de 2009

LA FE


Hacia tiempo que iba cada domingo a misa, mi fe siempre habia sido muy profunda y entera y desde que yo recuerdo, desde bien jovencita. Siempre habia sido costumbre, cada dia festivo coger el camino hacia la iglesia. En el pueblo acompañaba a mi madre cogida del brazo, en la ciudad donde yo residia, iba sola. Mi marido era una persona de pocas creencias religiosas, era más bien un poco agnostico. La definición de su religiosidad, simplemente se habia resumido en decir. donde estaba Dios cuando habia una guerra ó cualquier otra desgracia en el mundo. Aunque yo sabia que Dios no era culpable, él siempre habia hecho la pertinente recriminación para tirar por tierra mis creencias.

El sermon de hoy, habia sido muy interesante, hablar de la fe. ¿que era la fe? la fe, la fe en Dios. Creer, en algo que no ves, que no tocas, que no hueles. Algo etereo que en ningún momento del dia y de la vida tienes a tú alcance. Algo que ninguna maquina, ni nigún exprimento pueda demostrar, era dificil y complicado de explicar.

Pero como en cierta manera podiamos demostrar la existencia de él...El cura subido en el pulpito, comenzo la explicación.....

-Todos en algún momento de la vida hemos ido a la playa o hemos pasado cerca de una. A lo lejos que vemos, el mar y si nuestra vista llegara más allà que se veria, púes el horizonte, no os parece.-

-El horizonte que nos indica , una linea, nuestra vista en el fondo ve una linea, cuando todo el mundo sabe, que la Tierra és redonda.Ya se sabe que nadie aquí en la iglesia la a visto pero, el globo terraqueo és redondo. Todo el mundo tiene fe en esta idea o en esta realidad incuestionable.-

-Púes la fe en Dios és la linea de la costa, es la fuerza que te hace pensar en él y razonar por él. El planeta és dios que no lo ves pero, és redondo.-

La explicación era sensata por que cada uno puede pensar lo que crea más oportuno, la necesidad de Dios sólo era una cosa interna de cada uno, podias pensar una cosa u otra, ser más creyente o menos ceyente, la fe era algo interno del individuo y nadie, ni de dentro de tú familia ni fuera de un vinculo personal, tenia que convencerte de nada.

La misa termino y me dispuse a volver a casa, el camino era largo tenia todavia un tramo caminando hasta llegar. Aunque, no tenia ninguna prisa, me pare delante de mi marido, le observe durante unos instantes, estaba llorando, llevaba meses viniendo a misa cada domingo. Antes núnca me acompañaba, ahora era una persona asidua, le acaricie, y escuche la voz de Dios que me llamaba, era el momento.... nos veriamos el proximo domingo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡Que momento!!

¡Felicidades!