domingo, 22 de febrero de 2009

LA PELOTA


Hay dios! yo sóla aqui en medio, que miedo, que pena, tengo la mala suerte de ser uno de los personajes más representativos y a la vez más insignificante del lugar. Aunque en realidad no me guste mucho mi situación y de que se hable tampoco de mí, durante el acontecimiento, siempre estoy en segundo plano, cuando en realidad sin mí este deporte no seria el mísmo.

Veintidos jugadores, once contra once, tres arbitros, dos en la banda y otro recorriendo desde el centro del campo todo el cuadrilatero y 50.000 espectadores gritando enloquecidos, asi no se puede hacer bien el trabajo. Yo aquí en el centro esperando con angustia el pitido de inicio. Miras a una banda y a otra y esperas la primera puntada, que dolor, ¿que no se dan cuenta que hacen daño.? Y bien a partir de aquí, desde ese momento a correr de un lado para otro. Te vuelves un poco loca pero bien es tú profesión y la has de aceptar como te viene. La verdad no se si este deporte tiene mucho sentido, por que a mí tanto ruido y tanto stress me pone muy, pero que muy nerviosa. Además, para colmo si en algún momento se interrumpe por alguna decisión conflictiva ó se crea un desacuerdo. Pam, con una patada sobre mi trasero, todo esta arreglado y a seguir. La verdad no lo entiendo, tan dificil es dialogar,por que siempre paga la misma los platos rotos. En realidad yo no tengo la culpa que las cosas no salgan bien o mal, sólo soy en definitiva la que ha de pagar los platos rotos. Menos mal, que de vez en cuando, salgo por la banda y alguna compañera me sustituye, sino, no se si podria soportarlo.

Bien parece que hoy,el encuentro toca a su fin, dentro de lo que cabe las aficiones han quedado contentas con el resultado, la cosa ha ido bien.

Nos recogen con cariño, a la espera de otro dia, así volvemos con nuestras compañeras al interor de una bolsa, guardadas todas juntas hasta el próximo dia en el cual volveremos a formar parte silenciosa del espectaculo.......

1 comentario:

TitoCarlos dijo...

Algunas de estas pelotas, en dias memorables, acaban en una vitrina llenas de firmas. No sé si ese fin es mas alagüeño.
Ya puestos, puedes hacer una buena colección de narraciones si cuentas el devenir del banderín del linier o del silbato del arbitro.
Trataré de seguirte; no ten go demasiado tiempo pero lo voy a procurar, ya que te he leido otras historias interesantes.
Un abrazo, y no lo dejes.