sábado, 28 de febrero de 2009

LA FUERZA DEL DESEO


Lo mire atentamente, lo tenia delante de mí. Sin poderlo resistir lo obsevaba de una forma peculiar, de esa forma , que sólo las mujeres sabemos mirar. Con esa picardia en la mirada entre pecado y deseo. Un deseo femenino que nos hace estremecer el cuerpo y hace brillar la mirada.

Estaba delante de mí, en la mesa de enfrente, todo puesto, como sino se diera cuenta de nada, quieto, inerte, esperandome friamente, que yo me avalanzara sobre él, con toda la fuerza.

Disimuladamente me levante de la mesa, en ese instante, en el despacho no se encontraba nadie, era la hora de almorzar y mis compañeros todavía tardarian unos minutos en volver. Me acerque sin que nadie pudiera verlo, como un depredador que va detrás de una presa, aparecí y como rapaz en vuelo, lo cogí desprevenido e indefenso.

Rapidamente ante mi, lo comence a desnudar y él me comenzo a llenar la boca de dulces sabores y sensaciones salvajes. Era una gula intensa, hubiera devorado aquel y cientos más, pero tenia que aprovechar el tiempo, el deseo se habia hecho realidad y me tenia loca de placer, un placer que me llenaba todo el cuerpo.

De repente, senti un ruido, no podia ser, el tiempo habia pasado demaseado rápido, nos debiamos de esconder, no nos podían coger en ese instante. Tuve una idea...lo volví a vestir, lo arregle como pude y lo deje en el sitio, mientras yo me incorporaba a mí lugar de trabajo.

Empezo a llegar la gente y poco a poco a incorporarse lentamente entre saludos y buenos dias. Yo me hice la disimulada y segui con mi trabajo, como si nada hubiera ocurrido en el despacho durante todo el tiempo. Le mire disimuladamente con la miraba baja para que nadie se diera cuenta de lo que habia ocurrido, nuestra aventura habia sido fortuita e intensa pero, núnca más se deberia producir o al menos yo intentaria evitarlo

-¡Quien a cogido esta piruleta?-

Una voz seria se sentia en el fondo de la sala, me puse toda colorada, no sabia nada. Despúes del deseo, la mentira....hasta donde podiamos llegar cuando algo era irresistible.

3 comentarios:

Ronini dijo...

como dijo oscar wilde: la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella" así que ..por qué resistirnos,
gracias por seguirme. un saludo

Inés dijo...

Hola, encantada de conocerte
gracias por tus palabras y visita.

me ha gustado mucho el relato.
volveré a visitarte.

un abrazo,
Inés

TitoCarlos dijo...

Está bien lo de dejarse caer en la tentación, pero hay que hacerlo a menudo; que acabe siendo una costumbre, para poder seguir manteniendo la naturalidad, y que nadie se dé cuenta.