lunes, 5 de enero de 2009

Caricias


Tumbados en la cama el tiempo nos pasaba rápido, cuando estaba junto a él. Podiamos estar juntos horas y horas escuchandonos aunque sólo fuera la respiración pegados pecho con pecho. Ante nosotros el tiempo no tenia existencia, las horas parecian minutos y los minutos se hacian segundos. Sus caricias tan suaves y sensuales me ponia la piel en un estado de sensibilidad infinito, cualquier roce me descubria otro mundo, me hacia conocer mí cuerpo en otra dimensión. Su perfume daba paz, entraba en cada respiración llenandome de vida, de tal forma que impregnaba mi piel e incluso de él quedaba el aroma en las sabanas de la cama. De esta forma durante dias podia notar su presencia cerca de mí. Nuestros juegos eran como los de dos adultos que comenzaban a amar. Eran tensos en algunos momentos y pasionales en otros, de tal manera que en algunos momentos me hacian olvidar que muchas veces sólo podia percibir todas estas sensaciones en la oscuridad. El me conocía visualmente, el veia mi sonrisa, me oia y sentia mi tacto y mi respiración en todo momento, siempre aunque no estuvieramos juntos uno al lado del otro, yo también sabia que estaba allí, no lo podia percibir con los cinco sentidos pero sabia que estaba allí era "MI HIJO"

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