jueves, 5 de marzo de 2009

EL CRACK


Oscar era un agente bursatil, que en los últimos años habia tenido, mucha suerte con sus inversiones. Gracias ha ello habia viajado por medio mundo, se habia comprado una gran casa en un barrio residencial y habia montado un despacho en el centro de la ciudad. Él y su familia, su mujer y sus dos hijos, tenian una vida disipada económicamente.

Durante la semana desde el despacho iba caminando a la bolsa, estaban cerca a unos cinco minutos, así hacia un poco de deporte, la buena economia, le habia desarrollado un abdomen singular. Cuando estaba apunto de llegar, en una de las esquinas contiguas del edificio, se encontro un mendigo.

- ¿Perdone las molestias señor, que podia ayudarme señor?-

Oscar un hombre de poca paciencia se quedo mirando al vagabundo con desprecio.

- ¡Señor, ayudeme!¡Tengo hambre y dos bocas que alimentar, hace tres meses que no recibo ningùn dinero. Ayudeme!!!!!

Oscar lo aparto con rabia, como si fuese un ser despreciable y sin sentimientos

- Yo, también fuí una persona con dinero, algún dia la vida te puede cambiar-

Sin hacer caso, él agente busatil siguio su camino, haciendo oidos sordos ante las palabras del pedigueño.

Al llegar a la bolsa miro los tableros que indicaban los indices de acciones de aquella mañana, primero los miro con cautela, despúes con asombro y al final aterrorizado los miraba con miedo. El cuerpo comenzo a sudar, un sudor frio e intenso, saco el móvil del bolsillo de su chaqueta y llamo a la oficina.

-Rápido, vender todos los activos, rápido estan cayendo en picado-

Era demaseado tarde, todo el dinero invertido, En aquellas acciones que hace unos meses doblaban los beneficiones en pocas semanas le habian llevado a la ruina, sin ni siquiera poderlo evitar. La oficina, la casa, el coche todo lentamente se fue perdiendo poco a poco.

La mujer y los niños decidieron irse con los abuelos, todo se habia fragmentado lentamente y sin que nadie lo pudiera evitar. Él sólo y sin recursos se vio obligado a vivir en la calle, a vivir de la limosna de los transeuntes.

Un dia un señor paseaba por la calle, bien puesto, con un traje, que parecia recien planchado. Se le quedo mirando, como si se conocieran de algo y se aceerco a él.

-Hola! Señor agente, se acuerda usted de mi.-

Lo vio tristemente sentado en la acera.

-La verdad és que no- le contesto.

-Si hombre, usted hace un par de meses iba hacia el edificio de la bolsa y yo estaba en su lugar, pidiendole limosna-

-Tiene razón, ahora si que me acuerdo, la verdad, si que le a cambiado la vida.-

-La verdad és que si, me ha cambiado muchisimo y gracias a usted-.

-¿ A mi?-.

- Púes si, el dia que nos encontramos usted iba tan liguero y nervioso, que no se dio cuenta de nada, yo le intente avisar de que se le habian caido de su bolsillo 20 euros y usted marcho sin hacer caso.-

-Aquel dia era jueves y como tenia hambre me gaste 10 en un menù del bar de aquì al lado y los otros 10 en un sorteo de loteria que hacian a la noche.-

-Con la suerte en la mano, me tocaron 10 mollones de euros y ya lo ve aqui estamos, la verdad es que me fue bien, y cuando lo he visto lo he pensado le devolvere los 20 euros, que en cierto modo me presto y quedaremos en paz.-

El hombre generoso y sin rencillas le devolvio el dinero con todo agradecimiento y se marcho. Oscar mientras en el desespero, miro lo 20 euros, delante tenia una loteria. Tuvo una visión.... se levanto y los aposto......Que la suerte os sea propicia.....




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jorge, muy buen tema, cada dia hay que poner un tema mejor, bueno un saludo de tu amigo marc.